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7 junio, 2021II Congreso Nacional de Autoconsumo
12 julio, 2021Cuando vamos a realizar una instalación fotovoltaica es importante tener claro las diferencias que existen entre cada una de ellas y, por ende, saber ajustarnos a las necesidades de estas.
Entre los diferentes tipos de instalación fotovoltaica, debemos de estudiar cuál será la más adecuada según la situación que se nos plantee.
Hay varios factores clave a la hora de tomar esta decisión pues, hay que tener en cuenta, que muchas veces se nos plantean limitaciones que nos condicionan a la hora de trabajar.
Una de las cosas más importantes y decisivas es saber cómo se nos presenta nuestra zona de trabajo, es decir, cómo es el espacio que vamos a intervenir, qué posibilidades nos permite, cómo está esa localización y el acondicionamiento tanto de la viviendo o como de la zona industrial. El presupuesto de nuestro cliente también es significativo y debemos ajustarnos, siempre aconsejando los mejores materiales, pero amoldándonos hasta dónde puede llegar. Debemos conocer las necesidades reales de energía eléctrica y nuestro objetivo a cometer con dicha instalación.
Diferenciamos entre tres diferentes tipos de instalación fotovoltaica.
En esta entrada vamos a detallar las principales características de cada una de ellas para así, resolver cualquier duda que pueda surgir.
Uno de nuestros puntos fuertes es la instalación fotovoltaica aislada. Este tipo de instalación se caracteriza por no estar conectada a la red eléctrica y es la ideal para todas aquellas viviendas o empresas que se encuentras aisladas de la red. Es fácil encontrarnos esta situación en casas en la montaña, granjas o incluso en iluminación y señalización.
Estos sistemas se componen de varios elementos para que sea posible esta instalación: inversor cargador, regulador de carga y baterías de bajo voltaje. La energía eléctrica se “genera” y se “consume” en el mismo punto y el número de módulos a instalar se determinará según el consumo previsto. Se trata de una opción responsable para estos casos tan particulares que se encuentran sin posibilidad de conexión a red.
Otro tipo de instalación fotovoltaica a tener en cuenta es la de autoconsumo, que pueden ser sin y con acumulación. Su mayor característica es que sí están conectadas a la red eléctrica.
Sin acumulación, son instalaciones que funcionan sin baterías de almacenamiento de energía. La idea es autoconsumir la mayor cantidad de energía “generada” posible y en caso de una baja producción de los módulos solares, se recurre entonces a la red eléctrica. La rentabilidad se da en la gestión de los excedentes, usando la energía generada y que no hemos consumido inyectándola a la red eléctrica y recibiendo a cambio, una compensación económica.
Cuando nos encontramos instalaciones de autoconsumo con acumulación, estamos hablando de que se componen de, además de lo anterior, de inversores híbridos y con el uso de baterías de alto voltaje. La mayor ventaja de estas instalaciones es que puedes asegurarte el consumo de toda la energía evitando cualquier pérdida, sin embargo, al ser posible esto gracias a la implementación de las baterías, hay que tener en cuenta el incremento económico que esto supone.
Lo mejor en estos casos, es asegurarnos bien de las necesidades haciendo un buen estudio y comprobar como dicha instalación va a estar amortizada para que merezca la pena su inversión.
Después de este repaso, esperamos haberte aclarado algunas dudas pero, como siempre, ya sabes que Bet Solar cuenta con un equipo técnico altamente cualificado y formado. Con una atención, antes, durante y después de la venta para apoyar y acompañar al instalador en todo el proceso.
Utiliza nuestros esquemas para tenerlos de referencia en caso de necesitar aclarar ideas.